Como en años anteriores y repitiendo el lugar de encuentro donde celebrar el Lunes de Aguas, el club reservó una merienda en el "Bar El Campo" de Aldearrodrigo, y aunque habíamos contado con cuarenta compañeros aproximadamente, solo unos pocos hicieron honor a su afición de moteros y acudieron a la sede con sus motos, Alberto, Cristina, Pedro, Salva, Mari, Jesús, Carmen, Jose, Encarna, Sebas, Pepa y Javier fueron los moteros en este tradicional festejo.

   Pasadas las 15,oo horas nos pusimos en marcha hacia Aldearrodrigo, comprobando claramente que la temperatura descendería a lo largo de la tarde. En el Bar de Aldearrodigo fueron apareciendo poco apoco todas las personas inscritas para esta salida, y se dejaba ver claramente que el deporte y el fútbol no iban a ser las actividades de la tarde y más aún cuando poco a poco se iban completando las mesas de juego, con unas barajas y unas copitas. Unas mesas de Remy, otras de Mus llenaban la antesala del comedor que estaba preparado para la merienda.

   Llegó la hora de la merienda de lunes de aguas y finalizadas todas las partidas, completamos la mesa que nos tenían preparada, Tortilla, ensaladas, croquetas, carne guisada, farinato, y una especie de empanada sustituta de nuestro tradicional hornazo y algo más que seguro se me olvida, fueron las viandas de nuestra merienda.

   Algunos tenían previsto una especie de celebración sorpresa a Maribel, por su cumpleaños, a la que los demás de alguna forma nos unimos, y de esta manera fue finalizando la tarde que completamos con un café, chupito y sobremesa, antes de iniciar nuestro regreso a casa.

   Entre las sorpresas, a parte del cumpleaños de Maribel, cabe destacar la presencia de José y María con Héctor, el pequeño que muchos no conocíamos, y que embobó a algunas de las presentes.

  Quisiera así mismo dar las gracias a Fernando, que se dedicó a hacernos un magnífico reportaje, y que antes de llegar a mi casa por la noche, muchas de sus fotos ya estaban en mi correo.

  Finalizado casi todo el festejo, los moteros a pasar frío para nuestro regreso, y los que se habían desplazado en coche sin más problema que buscar al conductor que no hubiese bebido.

  Y como ya hiciéramos en otras ocasiones algunos Lunes de Aguas, unos pocos pasamos a visitar a Ramiro, donde se improvisó un trío musical, que amenizó la noche consiguiendo darle al día, un fin de fiesta muy agradable entre rancheras, country y algún que otro tango.